La Diabetes Mellitus es una patología crónica que se caracteriza por un conjunto de desordenes metabólicos de etiología múltiple, que cursa con una hiperglucemia crónica producida por trastornos en la secreción y/o acción de la insulina, lo cual acaba repercutiendo negativamente en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas del cuerpo.
Según la Organización Mundial de la Salud este mal se encuentra actualmente entre las 10 primeras causas de muerte en el mundo, en el año 2000 se estimo que 171 millones de personas eran diabéticas y que en el año 2030 estas cifran aumentarán hasta los 438 millones, lo cual supondrá aproximadamente el 7,8% de la población mundial.
A nivel de las extremidades inferiores, la Diabetes Mellitus suele cursar con lesiones neuropáticas (pérdida de sensibilidad), deformidades óseas (juanetes, dedos en garra) y alteraciones biomecánicas (dificultad para caminar), junto con la retracción de la grasa plantar, por lo que la combinación de todo ello favorece la aparición de úlceras, de ahí la importancia de llevar un riguroso control de la salud de nuestros pies, más aún si somos diabéticos.
